El agua y los seres vivos
El agua es el compuesto más abundante en los seres vivos, aunque en cantidad variable en las distintas especies. Por ejemplo en las medusas puede ser el 95 % del peso del animal, y en la especie humana el 63 % del peso corporal, aunque su cantidad varía generalmente de forma inversa a la edad del organismo. En los organismos pluricelulares complejos el agua presenta una distribución diferencial, de tal manera que hay mayor cantidad en los tejidos químicamente más activos: 86 % en el tejido nervioso y tan sólo el 20 % en los huesos o en los dientes.
El agua está en continua renovación en los seres vivos, por lo tanto tiene que existir unas vías de ingreso (en el caso del hombre pueden ser la ingesta directa de líquidos, el agua contenida en los alimentos y el agua producto del metabolismo) y unas vías de pérdida (orina, sudor, heces fecales, respiración), de tal forma que la cantidad de agua que se ingresa y que se pierde deben de estar reguladas: equilibrio hídrico.
El agua es imprescindible en los seres vivos al ejercer funciones fundamentales, como las siguientes:
1. Debido a su gran capacidad de disolución en ella se dan muchas reacciones químicas (metabolismo).
2. Es el principal medio de transporte en los seres vivos por el mismo motivo.
3. Debido a su elevado calor específico y su alta conductividad térmica sirve como termorreguladora.
4. Gracias a su elevada fluidez se utiliza como lubricante de estructuras que pueden experimentar rozamiento.
5. Actúa como agente químico, como por ejemplo en reacciones de hidrólisis.
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