miércoles, 14 de diciembre de 2011

Algo novedoso!!!

Animales con cuatro estómagos
¿Te imaginas una vaca carnívora, o un antílope que comiera tigres y leones? Imposible, porque vacas, chivas, borregos, antílopes, búfalos y demás animales, son rumiantes. ¡Caramba! Comienzan las palabras extrañas. ¿Qué es un rumiante?
Sencillo: un animal que rumia. ¡Nos quedamos igual! ¿Qué es rumiar? Rumiar es volver a masticar el alimento. Es lo que hacen las vacas, y por ello cuando comemos chicle nos dicen que parecemos una de ellas. Masticando y masticando sin comer nada nuevo.






Ah, pero a los rumiantes también se les conoce con el elegante nombre de... ¡POLIGÁSTRICOS! ¿Poliqué? Poligástricos, que quiere decir: "poli" - muchos y "gastros" - estómago. Un poligástrico o rumiante es un animal que tiene tres estómagos (como los camellos) o cuatro (como las vacas y los chivos). ¿Cuatro? ¡No inventen! Bueno, no es que sean cuatro estómagos: es uno solo, pero muy grande y dividido en partes o secciones especializadas. Toda una maravilla de la evolución
porque son animales que, gracias a ese estómago con aditamentos, pueden vivir comiendo exclusivamente pasto y otras plantas. Dicho de otra manera: pueden fabricar carne, leche y nuevos bebés rumiantes, usando zacates como única materia prima. ¿Tú crees que podrías alimentarte nada más con pasto? Te recomendamos que ni siquiera lo intentes. La única duda sería saber qué pasa primero: que te lastimes la lengua, que se te canse la mandíbula o te provoques una diarrea.












El rumen es como un laboratorio de química. Ahí viven chorrocientas mil bacterias, levaduras y protozoarios (puro bicho microscópico). El animal no se enferma porque viven todos en equilibrio, y se convierten en socios y colaboradores en esta empresa de la supervivencia. En el estómago del rumiante los organismos microscópicos encuentran alimento, calorcito, oscuridad y protección. A cambio de hospedarlos en su panza, el rumiante aprovecha algunas habilidades de estos microbios, como son romp
er enlaces químicos

de las hierbas, producir vitaminas, gases de fermentación y también proteínas microscópicas. Para decirlo más simple: el rumen se convierte en
una fábrica mejoradora de alimentos. Una fábrica en la que metes casi basura alimenticia y consigues transformarla en proteína y energía de alta calidad.

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